Un programa internacional es más que una experiencia académica o turística, es una oportunidad para vivir en un país anfitrión permitiéndote experimentar una nueva cultura, con el conocimiento de costumbres, personas con otras perspectivas y metodologías, superando desafíos y descubriéndote a ti mismo.

Estos programas de desarrollo personal y cultural están dirigidos a jóvenes, quienes tienen como objetivo estudiar o aprender técnicas del país anfitrión.

La experiencia del participante varía ampliamente en función de muchos factores, incluyendo el país de destino y el tiempo de estadía. La duración de los programas puede ser desde 2 semanas en adelante.

Los estudiantes pueden llegar a una ciudad o a una comunidad grande o pequeña, elegir programas de estudios, de trabajo, de estudio y trabajo o de diversión con aprendizaje del idioma para los más jóvenes. Uno de los principales atractivos de estos viajes, es perfeccionar una segunda lengua con la práctica que se obtiene en la vida cotidiana. La ubicación puede ser con una familia anfitriona con hijos o sin hijos o en residencias estudiantiles, etc.

Cuando los participantes llegan a su destino se encuentran con aspectos culturales en donde descubren otras prácticas, tradiciones y atmósferas sociales. Adquieren una mejor comprensión y tolerancia por las personas de diferentes orígenes con las que interactúan, quienes pueden ser importantes herramientas de networking y quienes muchas veces se convierten en amistades para siemrep.

El estar solo en un país extranjero es un reto, que convierte al participante en una persona independiente con madurez, poniendo a prueba su aptitud para adaptarse y resolver problemas. Los jóvenes demuestran no tener miedo de buscar nuevos desafíos. Estas cualidades lo fortalecen en un mercado laboral cada vez más globalizado haciéndolo más competitivo, demostrando a los futuros empleadores la capacidad para ajustarse a diferentes entornos con un currículum internacional.

El estudiar en un país diferente ofrece la inmersión en nuevas actividades y el desarrollo de cualidades innatas, que tal vez nunca se hubieran manifestado al haberse quedado en su país. Es posible que el participante descubra nuevas aptitudes y talentos al experimentar una forma de vida completamente nueva.

La educación y la formación son el objetivo principal de un viaje internacional, en el que los jóvenes adquieren conocimientos académicos, lingüísticos o laborales a nivel internacional, incrementando la facilidad de trabajar productivamente a nivel mundial.

Sin lugar a duda el tener una experiencia de esta naturaleza tiene un impacto invalorable en la hoja de vida de una persona, es un valor agregado tanto en el área personal como profesional. Esta oportunidad brinda el entendimiento profundo de saber que:

“NO HAY CULTURAS MEJORES NI PEORES,  SON SIMPLEMENTE CULTURAS DIFERENTES”.

Presidenta

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