La curiosidad por conocer otras culturas y tener una mente abierta, ha llevado a nuestros participantes a vivir, viajar, aprender en el extranjero. Los estudiantes han visitado lugares interesantes, lejanos y vienen llenos de conocimientos, de aventuras, de experiencias, pero a la vez han reflexionado sobre el privilegio de pertenecer a un país como es el Ecuador.

Cuando regresan y tenemos la oportunidad de conversar con ellos, nos damos cuenta que han adquirido una valoración de su país de origen. Llegan con ganas de profundizar el conocimiento de sus raíces, la diversidad cultural y geográfica del Ecuador. Sin duda un viaje cambia la perspectiva de vida, pero también ayuda a apreciar todo lo que se tiene en su nación.

En un viaje al extranjero no solo aprenden del lugar al que van sino también del lugar del que parten ya que lo llevan presente cada vez que dicen con orgullo “soy ecuatoriano” y lo dan a conocer a través de sus actos, de sus costumbres, de sus tradiciones, de sus hábitos, de su educación, de su trabajo, de su iniciativa, de su ingenio, de su creatividad, de su don de gente, etc.

Se trata de apreciar el lugar y las personas con las que crecieron. Al dar importancia a su cultura, reconocen una parte integral y significativa de ellos mismos; ya que se dan cuenta que el Ecuador es un país maravilloso, que tiene varias regiones, climas privilegiados, con una flora y fauna únicas, paisajes de ensueño, una gastronomía exquisita, con gente amigable y respetuosa. Son embajadores de este país, al que les gustaría mejorar, por el que vale luchar y al que quieren aportar lo aprendido.

¡Realmente comprenden que el Ecuador es un lugar mágico, que ofrece oportunidades inigualables!